No existe una cantidad de días predeterminada para saber cuándo regar las plantas: Tanto la frecuencia como la cantidad de agua que necesitan depende de varios factores. Acá te contamos 3 de los principales a tener en cuenta para un desarrollo óptimo del cultivo:
El tamaño de la planta en relación al tamaño de la maceta: Esta relación es muy importante ya que si la maceta es grande y la planta es chica, el riego va a ser bien espaciado. En cambio si la maceta es chica y la planta es grande, el riego va a ser más frecuente. Hay que tratar de lograr el equilibrio para regar abundante pero espaciado. Los riegos a medias solo empeoran las cosas.
El sustrato: Cuanto más poroso el sustrato, más aireado es y más rápido se va a secar ya que retiene el agua por menos tiempo. En cambio cuanto menos poroso, menos aireado va a ser por lo que va a retener el agua por más tiempo, más allá de las propiedades físicas de cada material que lo componen. El riego se va a comportar de diferentes maneras dependiendo del sustrato y del contenedor que utilicemos. No es lo mismo una planta chica en una maceta grande con un suelo pesado y arcilloso que la misma planta en la misma maceta con un suelo bien aireado y poroso, probablemente la del suelo poroso se riegue con mayor frecuencia. También cuanta más agua sea capaz de retener el sustrato, menos frecuente va a ser el riego. De todas formas tenemos que evitar los extremos, es decir no hacer un riego ni muy frecuente ni demasiado espaciado.
Condiciones Ambientales: Ambiente es tanto el exterior como el interior, aunque las condiciones no sean idénticas. La temperatura, la humedad y la cantidad de viento en el ambiente van a hacer que el agua esté disponible para la planta durante más o menos días dependiendo como se comporten. El viento no solo influye secando el suelo sino también deshidratando la planta a través de las hojas. Las altas temperaturas hacen que la planta transpire más, además de actuar directamente sobre el suelo haciendo que ésta se evapore. Con alta humedad en el ambiente la evaporación tanto por parte de la planta como por parte del suelo se reduce.
Aprender a determinar con qué frecuencia regar y la cantidad de agua que nuestras plantas necesitan es determinante para realizar un cultivo con éxito. Hay ciertas prácticas que ayudan a mejorar la calidad del riego que realizamos. Entérate cuáles son en nuestra próxima nota.